viernes, 6 de agosto de 2010

Ètica y Periodismo

La más antigua entidad que reúne a los hombres y mujeres de prensa en el país es la Asociación Nacional de Periodistas, fundada el 21 de julio de 1928. Tuvo un Código de Ética del Periodista y después aprobó la Carta de Ética Profesional en el Congreso Ordinario de Cajamarca el 29 de setiembre de 1988. El documento consta de doce puntos. En el octavo dice: «No utilizar en su labor el sensacionalismo, la obscenidad ni el chantaje. Menos aún criterios de discriminación racial, ideológica o de sexo ni inducir a la confusión o desnaturalizar las opiniones, tergirversándolas o extrayéndolas maliciosamente de su contexto». No hay referencia de alguna sanción impuesta a quienes han quebrantado esta Carta.
El 18 de julio de 1950 se fundó la Federación de Periodistas del Perú. Su original Código de Ética Profesional tiene siete artículos. Entre las normas de Conducta Profesional figura no propalar noticias falsas, calumniosas o injuriosas; no aceptar recompensas y promover los valores morales de la sociedad; respetar el derecho a la intimidad y censurar la violación de los derechos humanos. Tampoco hay pormenores de qué actitud se ha tomado contra los infractores.
En el Congreso Nacional Extraordinario de esta Federación, en Sicuani, el 2001 se acordó constituir un Tribunal de Honor y tener un nuevo Código de Ética. Por unanimidad se le confió la presidencia a mi señor padre Alfredo Vignolo Maldonado –primer periodista profesional del Perú, graduado en la Pontificia Universidad Católica del Perú, en diciembre de 1948- y ofreció el Código, que fue debatido y aprobado por aclamación en la Asamblea Nacional de Huampaní (Lima), el 27 y 28 de octubre del 2001. Cuatro meses después tuvo que renunciar al cargo, porque dicho Código devino en inaplicable... No se publicó por falencia económica de la Federación (?). Recuperando pues mi padre la autoría plena del Código de Ética.
Los reporteros gráficos tienen su Asociación desde el 14 de junio de 1952. El 23 de setiembre de 1964 por Decreto Supremo No. 74 se les asimiló como periodistas. Se incorporaron al Colegio de Periodistas del Perú y están sujetos por ello al Código de éste.
Queremos pensar que por una mala o desviada interpretación del valor de la noticia, se desborda todo límite ético y profesional con fotografías y películas de escenas que ofenden tanto a las personas como a la memoria de las víctimas, el dolor de la familia y la sensibilidad pública. Ignoramos qué se hace para evitar esto. Lo que sí sabemos es que periódicos, revistas y canales de televisión acogen como «éxito» (?) tales vistas. En su euforia y competencia comercial virtualmente salpican la sangre que exhiben sin piedad ni consideración.
El 1 de octubre -Día del Periodista- de 1980, mediante la Ley No. 23221 se constituyó el Colegio de Periodistas del Perú. En la parte final de su primer artículo se estipula: «sus fines son éticos, culturales y sociales». Sus Estatutos fueron aprobados el 22 de setiembre de 1982. Como parte de ellos se aprobó el primer Código de Ética Profesional de la Orden. Tuvo siete capítulos y nueve artículos. La intimidad, la familia, el niño y el joven fueron objeto de cautela, así como los derechos humanos. No se previó el sensacionalismo, las informaciones escandalosas sobre violaciones, asesinatos, suicidios, tragedias, dramas y otros hechos que no condicen con el periodismo ético, tal como se están difundiendo.
El 15 de julio de 1994 la Asociación de Radio y Televisión del Perú hizo suyos el Código de Ética y la Declaración de Principios de Ética que la Asociación Internacional de Radiodifusión, aprobó en la Convención de Lima en 1955. En su primer artículo se prevé que la función de la radiodifusión «es la de ofrecer a los pueblos información, sano entretenimiento, orientación y cultura». En el tercero se incide en que «requiere la más alta responsabilidad en su ejercicio». Y se refiere a la veracidad, discreción, cuidado con las fuentes de información, respeto a las creencias y nada de prejuicios «de clase y/o raza», entre otros. En 1985 la Asociación de Radio y Televisión del Perú adhiere en Buenos Aires la Declaración de la AIR. También se refiere dicha Declaración al «propio autocontrol, dentro de un marco democrático». Si es autocontrol, naturalmente es algo propio, de uno mismo y del medio de comunicación social responsable. En cuanto a lo democrático, en la radiodifusión y en la televisión peruanas hay una penosa renuncia a la libertad; se someten al cautiverio del poder político y a la prebenda a cambio de avisaje oficial y/o ventajas o exoneraciones en el pago de impuestos. La ética pues no funciona.
Con la finalidad de «afianzar cada vez más la credibilidad de la prensa en la opinión pública, así como para cautelar de manera permanente la vigencia de las libertades fundamentales de la información, expresión, opinión y de la libre empresa periodística», se formó el Consejo de la Prensa Peruana. Otro importante objetivo es: «amparará los reclamos que eventualmente se presenten respecto de actitudes y publicaciones que pudiesen incurrir en posiciones reñidas con la ética». El 29 de noviembre de 1996 se publicó, como aviso, ese texto y la noticia de tal hecho, comienza así: «Los diarios y revistas que suscriben, en el interés de promover y preservar el cumplimiento de los altos niveles éticos que invariablemente deben regir la prensa nacional, hacen de conocimiento público su decisión de avanzar hacia la constitución del Consejo de la Prensa Peruana». Suscriben el anuncio los directores de los diarios El Comercio, Expreso, La República, Ojo y la revista Caretas.
Al constituirse formalmente se declaró que tiene dos principales funciones: a) «Atender las solicitudes de rectificación de información publicada por medio asociado, así como las quejas sobre publicaciones que transgreden valores éticos periodísticos. No se considerará las solicitudes de rectificación a opiniones vertidas por un medio; y b) Defender la libertad de prensa en el país, denunciando las injusticias e ilegalidades que impiden el libre ejercicio del derecho de expresión y opinión, así como luchar para que se reconozca y proteja el derecho que tiene la ciudadanía a estar plenamente informada». Al cumplir un año, en 1999, el Consejo de la Prensa Peruana declaró en un folleto informativo sobre Objetivos y Procedimientos de Rectificación, Quejas y Denuncias, que «una de las mayores contribuciones en este breve período de existencia es haber creado las bases para una cultura crítica por parte de los lectores, promoviendo una lectoría más informada y, por lo tanto, más participativa en la defensa de sus derechos, así como propiciar una mayor calidad informativa por parte de los medios de comunicación». Más adelante dice: «Como una iniciativa privada, es posible contribuir a fomentar una cultura de conciliación entre el lector y la prensa. Es decir, la propia sociedad civil participa en la solución de conflictos evitando la intervención de organizaciones públicas y el litigio». Según información recabada, los medios (empresas) asociados son: Diarios: El Comercio, La República, Gestión, Correo, El Popular, Líbero, Ojo, Ajá, El Bocón -todos de Lima- ; La Industria y Satélite, ambos de Trujillo; La Industria, de Chiclayo; El Norteño y La Industria de Chimbote; El Tiempo, de Piura; y Arequipa al Día. Revistas: Caretas, Ideele, Signos, Debate, Semana Económica, Perú Económico, Espacio y Kanatari. Radioemisoras: Cadena Peruana de Noticias -CPN- Radio. Televisión por cable: Canal N.
El Consejo de la Prensa Peruana tiene un Tribunal de Ética, el cual, de acuerdo a la información electrónica obtenida, «refleja el compromiso de los medios de prensa de contribuir a elevar el nivel de la ética y responsabilidad periodística, así como brindar al lector información justa e inherente al ejercicio del periodismo». A pesar de tanto descalabro que hay en la prensa diaria -impresa, radiofónica y televisada- no tenemos noticia alguna de acciones de este Consejo en casos de infracción ética.
Las principales instituciones que deben velar por el ejercicio honesto de la Prensa son: la Asociación Nacional de Periodistas, la Federación de Periodistas del Perú, el Colegio de Periodistas del Perú, el Consejo de la Prensa Peruana, la Defensoría del Pueblo, la Veeduria Ciudadana de Comunicación Social y la Asociación Nacional de Anunciantes, sin embargo ninguna de ellas hasta la fecha no ha hecho absolutamente nada.
Es fundamental contribuir a mantener la inocencia de los niños y evitar difundir hechos que pongan en riesgo a la niñez y a la juventud. Si es indispensable informar, hacerlo con la mayor mesura posible. Más vale silenciar muchas noticias escabrosas -aunque «jalen» público, mejoren el «rating» y vendan más-. Basta una sola que informe sin dañar. Ningún periodista ni medio de comunicación social deben aprovecharse de la incultura ni de la proclividad a lo morboso. Es inmoral propender a una mayor difusión y elevar el «rating» explotando los instintos, la pornografía, las aberraciones, la privacidad, la intimidad y cualquier otro acto que ofenda la dignidad de la persona humana, así como el prestigio de la profesión de periodista y del medio de comunicación.
La familia y la sociedad deben confiar en la prensa, y ésta merecerlo. Su ingreso a cada hogar es un privilegio que debe honrarse.

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